Por Hugo Macchiavelli
Científicos sociales anticiparon el surgimiento de las tribus como contratará de la presunta posmodernidad globalizante., Una paradoja, un resorte, que nos expone frente a lo igualitario. Este fenómeno se replica en varios sentidos y en infinidad de lugares (y aún de no lugares, como diría Marc Auge). En Europa los viejos partidos, dejaron su paso a las coaliciones; fragmentación que también vemos entre nosotros en Todos y Juntos. Hay en esas mismos designios del frente gobernante y en los que pretenden el cambio, un forzamiento a la agrupación de Todos o de Juntos. Sin embargo en la práctica, la división se hace más explícita cuando se advierte lo que puede pasar en el partido gobernante luego de la elección del domingo próximo. Algunos analistas dicen que la fragmentación puede llegar a nivel celular: todos contra todos. Una evidencia es que Máximo no asumirá como presidente del PJ y que hay un sector del peronismo que pide romper con el kichnerismo al que ven agotado y sin respuestas. La vocación de poder del partido que fundó el General dice que se irán un antes de llegar a la puerta del cementerio acompañando al cadaver político que corresponda. Mientras tanto Cristina Fernández de Kirchner no participará de la escena del cierre de campaña. Después de pasar por el Otamendi, Ella, se refugiará en el sur para planear el futuro.
Un poco más abajo están las tribus que pelean por el poder mientras al caos de la inseguridad nos tapa a todos. Los funcionarios y dirigentes ocupados en la campaña, con festivales musicales en La Matanza, no pueden recorrer las calles porque los vecinos les endilgan la matanza de sus pares: Espinoza, Magario, y otros gestores de la mala imagen de la política que no soluciona ni evita las muertes frente a crimen cada vez más organizado. Vamos a un mundo tribal y estallado, mientras los vecinos gritan con desgarro hartos de ver morir a sus familiares y amigos. El crimen del kiosquero no es una muerte más e indica que mañana podemos ser cualquiera de nosotros. Mientras el pueblo se desangra y pide justicia, otros dirigentes bailan al compás de la música en los festivales en donde se reparte platita.