Desde Renés Descartes hasta Kant, son muchas las corrientes del pensamiento que se ocuparon de la percepción. La Gestalt también pensó en la idea de figura fondo para referirse a la manera en que nos apropiamos de la realidad. La duda es si la razón pura o la experiencia nos permiten entender al mundo o este nos aparece ubicándose en categorías tal como ocurre en la Crítica a la razón pura de Kant de 1.781. Nada está saldado del todo con respecto a la manera en que conocemos el fenómeno que ocurre ahí afuera. Basta pensar en lo que le pasa al propio presidente Alberto Fernández cuando llama a “celebrar la victoria”. Para algunos esto es más que un error de percepción o de interpretación de los datos: es un divorcio de la realidad que el gobierno inaugura como nuevo gesto político sin precedentes en la Argentina y, tal vez, en todo el mundo. El peronismo con este elección perdió cinco millones doscientos mil votos respecto de la elección de hace dos años, algo así como un veinte por ciento de las urnas. Y no lo acepta: es como un niño caprichoso que quiere seguir o prefiere continuar en un relato de cuentos infantiles. La explicación reviste un análisis que bordea el órden de la fantasía, un gobierno que se va desnudando y deja al rey a a la reina sin ropajes. Una vez más me permito pensar junto a mi amigo Gruskoin: “La lenta y trabajosa construcción del consenso demócrata/republicano empieza a dar sus frutos. De aquella experiencia que consiguió derrotar por primera vez al kirchnerismo en el 2009 (que incluía a de Narváez, Macri y Solá) que luego se pinchó rápidamente; hasta las victorias de 2015 y 2017(ya con el radicalismo incluido), llegamos a las dosvictorias del 2021, apenas dos años después de la dolorosa derrota de 2019. ¿Una de las claves de esta victoria? A pesar de la derrota no haber roto la coalición y, a partir de diciembre de este año, tener paridad de fuerzas con el oficialismo en ambas cámaras. Ahora sí podemos decir que el sistema político se ha reconstruido después de la tremenda y destructiva crisis del 2001. De ahora en más ya no hablaremos de un actor hegemónico dentro del sistema político (el peronismo bajo la égida kirchnerista) sino de un bi-coalicionismo con un poder similar entre las dosfuerzas principales. Estamos decididamente ante un nuevo ciclo.”