Por Hugo Macchiavelli
Comentario inicial #AUltimaHora en AM540
La imagen del gobierno esté en caída no sorprende a nadie ¿Qué representa la imagen una persona, de un político, dirigente o la agrupación o coalición que representa? La imagen es la esencia, el alma, lo que deja cada quien con su obra. Uno de los versículos que más me gustan es el que Jesús responde ante la pregunta de sus discípulos sobre cómo reconocer a un gran maestro de un falso profeta. Y Jesús les dice: “No hay árbol bueno que pueda dar fruto malo, ni árbol malo que pueda dar fruto bueno” (Lucas 6,43). Esa metáfora es aplicable a todos nosotros. Tal vez por eso el gobierno tiene una alta imagen negativa que no parece revertirse ni con el “plan platita” ni con los discursos o la liturgia peronista. Mucho menos con el cambio de ministros o con el plan de Control de Precios. En ese mismo pasaje de la Biblia, Jesús agrega “La persona buena saca cosas buenas del tesoro bueno del corazón; el malo saca lo malo de su maldad. Porque de la abundancia del corazón habla la boca.” Según los estudiosos de ese mundo antiguo y mediterráneo, en donde se gestó la Biblia, el corazón no era simplemente la sede de las emociones personales. Era consideradoel centro de la vida moral, intelectual, y espiritual de la persona. ¿Qué escuchas cuando hablan los dirigentes con más poder de la Argentina?
Un escritor chino que vivió hace un siglo llamado Watchman Nee escribió varios libros en los destaca que el alma del hombre es como la luz que emite. Que el cuerpo son los cables, el espíritu, la electricidad y el alma la luz que emite. Esta otra metáfora explica algunos de los hechos que nos rodean a pocos días de las elecciones en donde parece que el gobierno está transitando un camino de oscuridad. Para muchos algo parecido a lo que pasó con la alegoría de la Caverna de Platón. Con mala imagen y con proyecciones del mundo que son mera apariencia de la esencia. Miran sombras como proyecciones de la realidad, como prisioneros de su propias verdades. Una mala imagen.