Sentenció quien fue canciller y ministro de relaciones exteriores y culto, en una entrevista extensa en la que analizó la historia fundacional y de las últimas décadas del país, para comprender la situación política y social actual. Además, su carrera como diplomático y su visión de Argentina y el mundo. También, sus objetivos y su intención de ser gobernador de la provincia de Santa Fé.
Bueno en verdad habría muchos hechos significativos en los que reparar de tu carrera, quise ser bien sintético para aprovecharte a vos. La Argentina hoy está en una encrucijada para muchos, e incluso en donde se discuten cuestiones republicanas. Porque a cien años del centenario de la revolución, cuando se vislumbraba una argentina potencia, cien o ciento diez o ciento veinte años después nos encontramos contando pobres. ¿Qué nos pasó? ¿Que lo que se discute en el fondo Jorge? ¿Qué tipo de país queremos ser?
A ver, creo que los ideales que “inspiraron”, llamemos así, la revolución de mayo, más de doscientos años atrás, tuvieron todo un proceso que llega, cómo vos recordas recién, al centenario que nos encontraba en ese momento, 1910-1916, entre las naciones más ricas del mundo. Algunos dicen que éramos la quinta, otros que éramos la octava, pero obviamente había habido un crecimiento de la prosperidad a partir de una lectura que creo que hace una generación dirigente Argentina, del fin del siglo 19, que dicen el mundo necesita alimentos, necesitamos gente para trabajar esta tierra que era muy grande. Se produce la incorporación de tierras después de todo el proceso de organización nacional, y eso le da el bienestar que nos lleva prácticamente hasta en la crisis del año treinta. Luego de ese período también hay un momento de crisis, porque realmente todos los activos agropecuarios que eran la base de la riqueza argentina, se deprecian inconmensurablemente digamos. Hay un ejemplo claro que era que una vaca el 29 de previo al día de la gran crisis valía 105 dólares, y al día siguiente de la crisis bancaria valía 5 dólares. Esa fue la magnitud de la pérdida económica de Argentina, y bueno tenemos un tránsito complicado donde luego la segunda guerra mundial, con la nueva demanda de alimentos, hace que Argentina vuelva a recuperar, y esto es lo que recibe el peronismo en la etapa ya de Juan Perón en la presidencia que permite un proceso de distribución. Pero de ahí para acá hemos tenido sucesivas crisis de mirada de cómo debemos organizar la sociedad argentina. Tenemos que tener claro que también se requiere un sustento económico, porque distribuir es importante, pero al mismo tiempo hay que recrear la riqueza de los argentinos, y eso en los últimos setenta, ochenta años de historia no se ha logrado consolidar. Hemos logrado recuperar la democracia, con el presidente Alfonsín, el valor de la libertad y de las instituciones y el respeto a las ideas, pero nos faltó un sustrato económico. Luego fue el período de Menem, que tuvo un, digamos, un reavivamiento económico y un combate a la inflación, que es un flagelo que los argentinos los ha afectado cíclicamente de manera histórica, pero que no tuvo andamiento porque no se hicieron las correcciones a tiempo, la famosa crisis del 2001. Luego hay un momento de bonhomía económica impresionante con la recuperación de los precios agropecuarios como no lo habían tenido por cincuenta años precedentes, y eso permitió un proceso de distribución durante el mandato de Néstor Kirchner presidente, y luego otra vez la distribución sin sustento acordé, que deja al inicio del gobierno de Macri un endeudamiento extraordinario. Porque ahora se ha creado esta idea de que el gobierno que recibe Macri fue sin deuda, no, por favor, tenían más de 36 mil millones de dólares de deuda, que pasan al gobierno de Macri donde también hubo muchas dificultades para sortear un periodo económico. Y a lo largo de todos esos años, como vos señalas, la pobreza que se va encarnando, profundizando, en un país que podría tener otros indicadores sociales completamente diferentes.
Cuando Alberdi piensa la constitución, para muchos que lo analizan, el otro día hablamos con Tonelli, que es licenciado en ciencia políticas, sobre eso es dice “Alberdi sospecho o intuyo que si armaba los andamiajes de una república, aquella argentina”, yo le agregó porque me vino a la mente para ser muy explícito, más salvaje, más indómita, más de los caudillos, que quiere digamos esos reinados, que formaron parte también de otra Argentina, iba a quedar subsumida en la idea de la república y hoy pareciera, te lo pregunto si es posible que todavía convivan entre nosotros, en esa grita que no sé si es tan de izquierda o derecha, sino dos ideas de conformación de nación. Aquella en donde algunos caudillos quieren también ser la ley, quieren entender la verdad desde su perspectiva, y una institucionalidad más representada por aquellos que entienden que la constitución es la norma y que todos debemos subsumirnos a ella. ¿Qué ves de liderazgo hoy Jorge? como ex ministro, como ex canciller.
Yo creo que la institucionalidad, o sea el respeto a las instituciones, a la división de los poderes, a la idea de que estamos en una sociedad republicana, que tiene los tres poderes como base del respeto a la libertad, y donde la constitución es el marco donde debemos trabajar. Esto es fundamental si queremos vivir en democracia, tal cual la hemos construido y la hemos traducido en el texto constitucional. Pero lamentablemente, por un lado, la clase política no acompaña necesariamente esos valores de institucionalidad, y hoy tenemos pruebas cabales de que estamos afectando de manera muy fuerte diferentes aspectos de la institucionalidad, criticando los distintos niveles de la justicia, criticando, o de alguna manera acosando mediáticamente a la Corte Suprema, el poder legislativo que no ejerce en plenitud las responsabilidades de contralor y vigilancia que le corresponden al legislador, y una interacción entre ejecutivo y los otros poderes que se avasalla permanentemente. Esto porque en el concepto sociocultural argentino, más allá de las grandes ciudades llamemos así, no es un valor la defensa de la institucionalidad. Entre nosotros, el “vivillo”, el que “puede”, el “pícaro”, tienen un relativo valor adicional, “este consiguió la vacuna, que piola”, no, porque consiguió la vacuna dejó a una persona de edad, o a uno que está en riesgo de salud, sin la vacuna, en un mercado de vacunas que es escaso, y así hay mucho ejemplo. El que pasa la luz roja, y esa picardía que ha estado asociado mucho a nuestra cultura, hay libros, hay un famoso libro de Julio Mafud que se llama “Historias de la viveza criolla.
Me encanta Jorge lo que decis, o sea, está registrado en libros, está teorizado incluso.
Absolutamente. Después nos quejamos de que la estructura no funciona y no me defiende, pero al mismo tiempo cometemos desde pequeño, a aquellos que cometen grandes actos contra la institucionalidad, nos cuesta defender esto, que es vital para vivir en democracia. Podemos vivir en una autocracia, yo creo que los que viven en Formosa, la población formoseña vive en una autocracia. La autocracia de un caudillo que dice “bien, mal, vos vas y te encerras, vos vas y no pasas por la frontera”. O sea, hay una cantidad de medidas que las decide el autócrata, que es un modo de construir la gobernabilidad, pero que limita los derechos de los ciudadanos. La autocracia en la Capital Federal con el conjunto, no sólo numérico, sino de formación que tiene la población porteña, es difícil de aplicar. Es cuestionable para aplicar en el conurbano, donde la gente se subleva permanentemente a algunas medidas autoritarias, pero bueno, si queremos vivir en democracia tenemos que respetar división de poderes y las instituciones. Quizás las instituciones tengan que ser reformadas, pero tenemos que hacerlo por los canales que corresponden.