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Del Diez al cero

Por Hugo Macchiavelli

Este audio inédito la voz de la psiquiatra Agustina Cosachov días antes de la muerte del diez deja muchos interrogantes, más dudas que certezas.Maradona fue enterrado sin corazón y sin justicia. A un año de su muerte, el Diego no descansa en paz. En la justicia persisten expedientes sin resolver. Justicia lenta, verdad que huye dice el refrán que aplica para entender que el fenómeno del mejor deportista argentino de todos los tiempos, el Pelusa, el que nació de un potrero y se coronó de gloria eterna y que es reconocido en todo el mundo por su magia y también por su polémica Mano De Dios, aún no tiene un sueño justo y en paz. Los expedientes judiciales y kafkianos no terminan de resolver si hubo abandono de persona, negligencia y homicido en la muerte del astro mientras sus deudos y descendientes tirotean de una camiseta rota que incluye a los miserables de siempre: ese entorno que aún muerto quiere seguir succionando la sangre de Maradona, lucrar con su nombre, cobrar sus derechos. La injusticia y contradicciones a un año de la muerte del Diez, revela nuestra esencia. Parte de esas contradicciones estuvieron presente en la vida de Maradona, otras continúan después de su muerte. Esa es la verdadera Argentina: un país incompleto, contradictorio e inmaduro. Impune y soberbio. De líderes cada vez más pobres y enriquecidos con farsa, carnaval, militancia y corrupción: De norte a sur padecemos la contradicción de la tragedia de nuestra argentinidad con una tierra bendita y maldecida a la vez. Un daño autoinflingido, un daño reparable. Dependerá de nosotros cambiar el presente y futuro. Dejar atrás a los líderes mesiánicos y tóxicos requiere un pueblo maduro que parece asomar. Las últimas elecciones mostraron algún indicio saludable. Mientras tanto, la locura no cesa con dirigentes que acusan a los medios, cuando los encapuchados arrojan bombas al edificio de Clarin o cortan -ahora mismo- la ruta 40 después de más muertes en un sur violento. Una Patagonia dañada y rebelde con un Estado ausente que no puede frenar la inseguridad o la violencia y el control mafioso en Rosario o el atentado de hoy contra un líder sindical que fue atacado a balazos. Una violencia en ciernes en medio de un clima enrarecido en donde los policías matan a Lucas Romero en la Ciudad de Buenos Aires, asfixian a Alejandro Martínez en San Clemente del Tuyú, atropellan a un motociclista en Tolosa o llenan de balas de goma a un grupo de jóvenes en Escobar. La locura está a la vista, la maldición en la tierra bendita también.

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